PERDONAR

19.05.2025

Perdonar no solo es bueno para nosotros mismos, es necesario.

Pero esto no es así de fácil ni de inmediato. Es un proceso.

Los sentimientos de odio o resentimiento con alguien (o incluso con nosotros mismos!) generan una energía tóxica en nosotros mismos, ni siquiera necesariamente en la otra persona. Y esa energía que está activa en nuestro cuerpo, nos quita "energía" y nos genera un estado emocional que no es ni de paz ni de serenidad, que es a lo que debiéramos aspirar.

Y ya es bien sabido y está bastante demostrado, que las emociones negativas pueden generar daño a nuestra salud.

Entonces, incluso abstrayéndonos de la otra persona, el perdonar es beneficioso para nosotros mismos, y el no hacerlo, el mantener ese resentimiento y energía tóxica dentro de nosotros, nos consume y deteriora, dependiendo de su intensidad.

Debiéramos aspirar a un estado de paz y serenidad en general en nuestra vida, y en particular cuando se trata de resentimientos.

Ahora bien, perdonar no es automático, ni inmediato ni mucho menos es fácil. Incluso podemos tener sobradas razones para tener ese resentimiento, porque no ha hecho daño, y a veces mucho. E incluso podemos decir que nunca perdonaremos, porque está justificado por el daño que nos hicieron o que hicieron a un ser querido. Y eso tiene mucha lógica y sentido, y es normal.

Y este perdón debe ser genuino para que sea efectivo en nosotros.

Perdonar nos permite avanzar en la vida, sin mochilas, sin arrastrar cosas pendientes. Perdonar nos permite tener nuevas experiencias libres de condicionamientos mentales (e incluso físicos).

Hay autores que señalan que perdonar es volver a ponerse en el lugar de abuso con la otra persona. Y en cierta forma lo es, siempre que ese perdón haya sido forzado, haya sido con presión (incluso de nosotros mismos). Cuando ese perdón surge de esa manera, no es ni genuino, ni sano, ni nos libera del resentimiento. Es un perdonar "falso", estético, práctico, diplomático, pero no genuino ni efectivo para nosotros mismos. Tal vez a la otra persona le reporte algún grado de satisfacción o tranquilidad, pero no a nosotros. Y puede que incluso nos deje con más rabia o resentimiento, o culpa.

Perdonar es un proceso, que puede ser corto, o largo, según lo profundo de la herida que nos haya dejado el abuso y la consciencia y disposición que tengamos para avanzar hacia el perdón.

El perdón, genuino, no surge porque nos propongamos perdonar, porque me hayan dicho que es necesario. El perdón surge de procesar (identificar y expresar) las emociones asociadas, que pueden ser de frustración, impotencia, rabia, o tristeza, hasta llegar a un estado en el que te hayas vaciado de todo eso, y sientas que lo que te han hecho, ya es cosa del pasado y que debes mirar hacia el futuro. Es ahí donde tal vez consigas ver a la otra persona con compasión, ya que es un ser humano imperfecto, como lo eres tú, como lo soy yo, y como lo somos todos.

Perdonar es un proceso íntimo, individual, en el que ni siquiera hace falta involucrar a quien nos hizo daño. Es más, si llegamos al punto de perdonar, no tenemos ni siquiera que decírselo a la otra persona si no queremos. El beneficio de haber liberado esos sentimientos y emociones negativas, ya lo habremos incorporado a nuestro cuerpo.

Asimismo, y dependiendo de la situación que se trate, igualmente podrían haber componentes de responsabilidad en nosotros, que hayan contribuido a que nos hicieran el daño que originó el resentimiento en nosotros. Si es así, es importante hacerse un "examen de consciencia" e identificar de qué manera hemos contribuido a que acabaran haciéndonos daño.

Si la relación con la persona que nos dañó, queremos conservarla o cerrarla de la mejor manera posible, tal vez te surja y sea posible hablar con esa persona y expresarle tus sentimientos, y reconocer lo que sea tuyo, para finalmente expresarle tu perdón si es eso lo que te surge.

Pero por sobre todo lo dicho, recuerda estas dos cosas: el perdonar nos beneficia a nosotros mismos y solo es efectivo en nosotros, si es genuino, si es desde el corazón. Si no es así, déjalo estar, que ya llegará el momento de dar el paso. O no. "Todo está bien, todo es perfecto y todo sucede cuando debe suceder".



Espero que este artículo te haya gustado y que te haya servido para al menos conocerte un poco más e ir poniendo consciencia a tu proceso vital, que es el primer gran paso para generar el cambio: ser conscientes. Si quieres ahondar más sobre esto o si simplemente quieres dejarme tus comentarios, escríbeme a juan.riquelme.terapeuta@gmail.com.

JUAN RIQUELME - TERAPEUTA COUNSELOR - PSICOTERAPIA HUMANISTA INTEGRATIVA
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